El vino es el responsable del 25% de los efectos saludables de la dieta mediterránea

Ser antioxidante, vasodilatador o antinflamatorio son algunos de los efectos saludables que se asocian al consumo moderado de vino en el contexto de una dieta mediterránea.

31-05-2021  

El 28 de mayo se celebra en España el Día Nacional de la Nutrición, una iniciativa de la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética (FESNAD) en colaboración de la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN).

En esta edición, la temática es "Dieta Mediterránea en tiempos de pandemia, ahora más que nunca" y el objetivo es promover una alimentación y estilo de vida saludable en momentos tan complicados como los que todavía estamos viviendo.

La Fundación para la Investigación para el Vino y la Nutrición (FIVIN) se suma a esta iniciativa queriendo poner en valor el papel del vino en la Dieta Mediterránea y fomentar su consumo moderado.

Para ello, ha contado con el aval de su comité científico que lleva más de veinte años apoyando con rigor y apoyados en estudios e investigación todas aquellas iniciativas que promueven una nutrición sana, saludable y sostenible, en línea con las nuevas exigencias del consumidor y con las tendencias de la Unión Europea.

Evidencia científica del consumo moderado de vino para la salud

Existen evidencias científicas que asocian efectos saludables al consumo bajo-moderado de vino en la Dieta Mediterránea.

Se puede afirmar, que es el responsable del 25% de los efectos saludables de la dieta mediterránea según el estudio publicado en la revista Bristish Medical Journal (*), que resalta su contenido en resveratrol, componente asociado a una mayor longevidad.

Además, numerosos efectos protectores están vinculados a un consumo moderado como, por ejemplo:

Favorece la prevención de enfermedades cardiovasculares, gracias a su efecto antioxidante.

Contribuye a la prevención de la diabetes y la obesidad dado que los polifenoles pueden ser un mecanismo potencial para la prevención de alteraciones cardiovasculares y metabólicas asociadas a la obesidad.

Reduce el riesgo de deterioro cognitivo y la demencia ya que ayuda a suprimir las alteraciones en el hipotálamo mejorando, entre otras cosas, la memoria y alteraciones del estado de ánimo como la ansiedad o la depresión.

Mejora el microbiota intestinal ya que un consumo moderado aumenta las bacterias de género Lactobacillus beneficiosas para una mejor salud intestinal.

Reduce la probabilidad de tener problemas visuales asociados a la edad o envejecimiento.

No se puede olvidar que el vino está definido como alimento en la Ley de la Viña y el Vino (Ley 24/2003) y es un alimento más dentro de la Dieta Mediterránea, tiene micronutrientes como el Hierro, el Cobre, el Zinc, el Magnesio y vitaminas como la B6 y la B2.

Tomándolo con moderación y acompañando las comidas, es saludable y así lo atestiguan los cientos de estudios que anualmente se publican en todo el mundo.

Además, forma parte de nuestra cultura y tradiciones desde tiempos inmemoriales, por eso desde FIVIN y la OIVE apuestan por el consumo moderado como única forma de disfrutarlo.

Fuente: Vinetur