El confinamiento de los ganaderos salmantinos: "La gente que se llevaba 5 sacos, se llevó 10"

La gente que antes se llevaba cinco sacos, ahora se llevó diez”, explica Melquiades Rubio, conocido como Tito, cuando habla de los primeros días del estado de alarma por el coronavirus. Él, además de alcalde de Colmenar de Montemayor, está en contacto con el mundo ganadero porque se dedica a la comercialización de piensos, en su caso en la comarca de Béjar. Recuerda que con el estado de alarma incluso quienes tienen mascota hicieron acopio durante los primeros días del confinamiento para evitar salir más. A él, como a tantos otros, es ahora a quien le toca repartir por explotaciones o domicilios y la receta que aplica es “guantes, mascarillas y evitar juntarme”.

Hay incertidumbre porque la gente no sabe el tiempo que va a estar así, pero, al menos en la zona de Béjar, con ganado vacuno como principal actividad agroganadera, “ya se gasta menos” porque el ganado complementa la alimentación con la hierba que está creciendo esta primavera. Además de que afortunadamente hay buenos pastos, tampoco ve ningún problema de falta de abastecimiento de pienso porque las fábricas funcionan con normalidad.

Sí encuentra dos dificultades para el sector agrícola y el medio rural. Por un lado, la siembra de los huertos familiares que a muchos permiten complementar de cara al verano y otoño la economía familiar. “Y ahora mismo -dice- la agricultura y la plantación de huertos está retenida porque la gente tiene miedo. Si siembran, puede servir para consumir luego en casa y, además, no van a tener contacto a la hora de plantarlo”. Por eso cree que se debería levantar la mano para facilitar la siembra de los huertos y otras labores de campo”.

Aprovecha que es alcalde para defender también la labor de la venta ambulante que, en muchos casos, es el único contacto que tiene la gente con el exterior en estos días de confinamiento. “Hacen una labor social muy importante y no deberían tener ningún problema para realizarla”, dice.